Parece mentira, pero ya llegó de nuevo Febrero.
Vuelven las coplas, la vida cambia de color y el
corazón de los carnavaleros entra en un estado
de agitación permanente, late a un ritmo diferente
al de los demás.
Este año me toca a mí pregonar nuestra
fiesta. ¡Qué tremendo honor!. Desde el momento
en que Curro me lo propuso para este año
2009, mi cabeza se convirtió en un torbellino de
ideas, de sensaciones inexplicables. ¿Seré capaz
de hacerlo?. Supongo que sí, pero no sabía
cómo. Hasta que alguien me aconsejó que lo
hiciera con el corazón. Le hice caso y desde
entonces todo fue un poco más sencillo.
No soy nuevo en esta fiesta. Desde
pequeño la llevo en el corazón y fue en el verano de 2001 cuando me ofrecieron
formar parte del grupo al que todavía pertenezco.
Con la velocidad de un Corre-huye (año 2002 en el que debuté), los años
han ido pasando de forma inexorable y el grupo sigue adelante. Hoy son mi
familia carnavalera porque con ellos he sufrido, reído, reñido y disfrutado.
Gracias a todos.
También estoy muy agradecido a la gente que nos rodea, la que nunca nos
abandona ni en los momentos buenos ni en los malos (gracias Patri y
Conchi por vuestra aguja). A mi familia, por estar ahí, y a la persona que
comparte mi vida, por su paciencia aguantando a este "jartible" del carnaval.
Y a ti querido amigo que te fuiste para no volver, decirte que el
Carnaval sin ti ya no es lo que era, pero será al mismo tiempo el más especial,
como tú lo fuiste.
Feliz fin de semana a todos y a disfrutar, que en el cielo y en la tierra otra
vez es Carnaval.
3
0 comentarios:
Publicar un comentario